¿Qué puedes hacer por la tierra?

Comprar menos y de mejor calidad, reducir los envases y cambiar la forma en que nos movemos. El cambio por la tierra y nuestro propio bienestar puede empezar por estos 10 consejos



10 gestos para salvar el planeta
27 SEP 2018  El Pais
No a las toallitas.La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que producen “atrancos en cañerías, graves problemas en las redes de saneamiento y tienen un gran impacto ambiental porque contribuyen a la dispersión de microplásticos”. Un 70% de los alimentos de origen marino, según un estudio reciente de OCU, contienen microplásticos.

Menos consumo más sostenible. El paso más inmediato y urgente es reducir el consumo, que sea sostenible: menos cosas de mejor calidad y con bajo o nulo impacto ambiental. El ecodiseño trabaja para que los productos no tengan obsolescencia programada, duren más y su fabricación y reciclaje siempre sea posible y no generen impacto.
Cada tapón cuenta.No tratar espacios públicos y naturales como si fueran vertederos. Cada tapón cuenta. El organismo sin ánimo de lucro Surfrider, que promueve la recogida de basura en las playas, recogió en una sola campaña en las playas, lagos ríos y fondos marinos españoles en 2016, casi 1.500 metros cúbicos de residuos.
Acuíferos en peligro. Las masas de agua también se ven perjudicadas por la cantidad de productos químicos -especialmente los de limpieza e higiene personal- que se van por el desagüe. Además, los productos de limpieza, así como los barnices de los muebles, contienen tóxicos que respiramos y perjudican la salud, explica Elisabet Silvestre, autora de Tu casa sin tóxicos(RBA, 2017).
Alimentación consciente. Comprar productos a granel (congelar para evitar despilfarro), de temporada y locales. Greenpeace alerta en sus informes del uso de plaguicidas tóxicos en la agricultura industrial, “que tiene efectos nocivos sobre nuestra salud y sobre la de otros seres vivos tan importantes como las abejas”. Y reducir el consumo de carne, una de las industrias más contaminantes.
Otra forma de generar riqueza. Si copiamos a la naturaleza y su forma de organizar los ecosistemas, ninguno va a considerar el exceso una virtud. Sería interesante pensar sobre modelos como la economía circular o la economía rosquilla, de la profesora de Economía de Oxford Kate Raworth, autora de Economía Rosquilla (Paidós, 2018), que mide la riqueza basándose en los límites planetarios.
Más información. La consultora Nielsen asegura que millennials y centennialsse informan más que otras generaciones de lo que compran y cómo ha sido hecho, desde la comida a la ropa, una industria muy contaminante por la fast fashion, un modelo donde las colecciones cambian muy deprisa para fomentar el consumismo. Nielsen augura un futuro donde el etiquetado “informe mucho más sobre la trazabilidad”, expone Ricardo Alcón, responsable de nuevo negocio de la compañía.